jueves, 10 de octubre de 2013

Unión Europea tendrá nuevo sistema de vigilancia de fronteras


Conocido como Eurosur, el mecanismo estará vigente inicialmente en España, Bulgaria, Estonia, Grecia, Francia, Croacia, Italia, Chipre, Letonia, Lituania, Hungría, Malta, Polonia, Portugal, Rumania, Eslovenia, Eslovaquia y Finlandia.

El resto de países que forman parte de la mancomunidad se unirán a partir del 1 de diciembre de 2014.

El sistema consiste en una red de comunicación que permitirá a los países compartir en tiempo real, entre sí y con la agencia europea de control de fronteras (Frontex), imágenes y datos sobre la situación en sus límites exteriores.

La UE espera estar mejor equipada para "prevenir, detectar y combatir la migración ilegal, pero también para reaccionar más rápidamente y salvar las vidas de los inmigrantes en peligro, especialmente en el Mediterráneo", explicó la Eurocámara en un comunicado.
"Solo mediante un sistema paneuropeo de vigilancia fronteriza podemos evitar que el Mediterráneo se convierta en un cementerio de refugiados que intentan cruzarlo con barcos peligrosos buscando una vida mejor en Europa", dijo el ponente del texto en el PE, el diputado holandés Jan Mulder.

La luz verde a la iniciativa coincide con la oleada de críticas recibida por la UE a raíz del accidente con una embarcación que transportaba inmigrantes ilegales hasta la costa italiana, que resultó en la muerte de casi 300 de ellos la pasada semana.

Según Frontex, más de 72 mil personas cruzaron de manera clandestina las fronteras exteriores de la UE en 2012.

El nuevo sistema Eurosur incluye un reglamento que obliga a sus usuarios a respetar "en todo momento" los derechos humanos.

En ese marco, los países estarán prohibidos de repatriar a los inmigrantes ilegales a lugares donde su vida o sus libertades puedan verse amenazadas.

También estarán prohibidos de utilizar Eurosur para enviar a terceros países información que pueda ser utilizada para identificar a una persona cuya solicitud de protección internacional está siendo procesada o cuya vida o integridad física pueda estar en peligro.
Los datos compartidos a través del sistema, entre ellos imágenes de satélite, previsiones meteorológicas o sistemas de indicación de la posición de barcos, transitarán por una red protegida.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Una fortaleza para que mueran lejos de nuestra conciencia

Pego por aquí el artículo aparecido en El Diario

La voluntad de migrar está en nuestro ADN. Hay en el acto de moverse todo un deseo de superación que ha constituido la base de la resistencia del ser humano, la esencia de su supervivencia como especie. Se migra para escapar de la pobreza, de las guerras, de las hambrunas, de catástrofes naturales, pero también para conocer nuevos mundos, para saber, para vivir, para experimentar, para aprender, para prosperar. Así ha sido siempre y así sigue siendo en la actualidad.

La historia de las personas que viajan a otros países sin nada es la gran odisea contemporánea, protagonizada por Marco Polos a los que las experiencias y el conocimiento acumulados en sus trayectos les cambia la mirada y el alma. A lo largo de sus viajes se van adhiriendo a su piel más vivencias de las que nunca tendrán esos hombres occidentales que, encerrados en sus despachos de perspectiva limitada, llevan la batuta de gobiernos y finanzas.

Los harragas, los jóvenes dispuestos a ‘quemar’ las fronteras -como se dice en árabe- representan una de las máximas constataciones de la desigualdad que marca el mal funcionamiento de este planeta, en el que se condena a la clandestinidad a las personas sin papeles. Algunos migrantes no logran culminar el viaje y terminan engrosando ese enorme cementerio anónimo e ignorado sumergido en las profundidades del mar Mediterráneo o escondido entre el desierto del Sáhara. Conscientes de su posible destino, cada vez son más los que, en el punto de partida, pegan a su cuerpo con cinta adhesiva un papel plastificado con números de teléfono de sus familiares.

Dice el periodista italiano Gabriele del Grande, al que todos deberíamos leer para conocer y comprender el drama de los migrados, que “hay una guerra mundial contra los pobres” y nuestros países combaten en ella. Los naufragios de pateras son crónicas de muertes anunciadas y fomentadas por las políticas de los gobiernos europeos, que apuestan por elevar muros, reforzar fronteras y excluir de sus territorios a quienes no dispongan de recursos económicos.

Hay en la discriminación de los migrantes toda una lucha de clases contemporánea y simbólica. Se conceden visados a quienes tienen determinadades cantidades de dinero en el banco; se niega el permiso de entrada a quienes no disponen de recursos económicos. Se prohíbe el paso a los que menos tienen, ignorando la enorme riqueza social y cultural que tantos ‘pobres’ podrían proporcionarnos para complementarnos como ciudadanos. 

Se destinan millones de euros para evitar la entrada a Europa de personas que en muchos casos merecerían el derecho de asilo -y que de hecho huyen de guerras o expolios en los que nuestros gobiernos participan directa o indirectamente-, perpetuando así la gran metáfora del uno por ciento encerrado en su torre de marfil, dispuesto a atacar a los otros para poder preservar su riqueza, concentrada en su codicia.

El modelo actual de nuestros países se asienta sobre el principio de desigualdad: explotamos materias primas de terceros, elevamos barreras para impedir el paso de personas y de los productos que hacen competencia a los nuestros, mientras permitimos la libre circulación de mercancías, dinero, armas, divisas, turistas. El poder favorece a las entidades financieras y sacrifica a las personas. Desde hace años Europa barre hacia fuera, externalizando sus fronteras, para que los migrantes mueran lejos de nuestras costas y de nuestra conciencia, en países vecinos dirigidos por dictadores ‘amigos’.

Tras la muerte de al menos 250 personas en el naufragio de Lampedusa, la Comisión Europea ha pedido el refuerzo de su misión en el Mediterráneo para interceptar pateras con inmigrantes a bordo a través de lo que denomina “operaciones de rescate”. Por rescate entienden la detención de personas que huyen de la pobreza. Cómo triunfan los eufemismos. 

El dramático naufragio de Lampedusa no es un hecho aislado. Las personas que durante estos años han perdido la vida en las aguas del Mediterráneo o en el desierto, en viajes sin las mínimas garantías de seguridad, asumen riesgos tantas veces mortales porque los gobiernos europeos les cierran la posibilidad de otro tipo de entrada. El peligro no desaparece cuando alcanzan nuestro territorio. Aquí les aguardan cárceles por el simple hecho de no tener papeles, maltrato, criminalización, redadas policiales o expulsiones oficiales violentas que a veces les provocan la muerte.

Decía John Berger que la emigración es la experiencia que mejor define nuestro tiempo. En un mundo tan globalizado como el actual, donde nunca antes habíamos estado tan conectados, donde la diferencia entre ricos y pobres continúa creciendo, la migración no solo es una realidad, sino un derecho. Quienes intentan ejercerlo no solo luchan por una vida mejor, sino que, consciente o inconscientemente, están reivindicando un mundo más justo e igualitario.

Por mucho que se trate de posponer el debate, lo cierto es que los derechos y las necesidades de millones de personas condenadas a la pobreza son realidades incuestionables. Ante ellas, los dirigentes europeos apuestan por la exclusión, que es una forma de guerra. El discurso dominante las presenta desprovistas de identidad propia, atrapándolas en esa abstracción denominada “inmigrantes”, condenándolas a ser, en el mejor de los casos, simples víctimas, negándoles y negándonos toda su riqueza cultural y vital.

Nuestros gobiernos pretenden que aceptemos la desigualdad como algo natural e inevitable, desde nuestra presunta condición de privilegiados. Afortunadamente, cientos de barrios, de asociaciones vecinales, de organizaciones solidarias, cuestionan semejante máxima, enriqueciéndose, mezclándose, revitalizándose con el sonido de otras músicas, con la pronunciación de otros acentos, con el relato de otras culturas, con la fuerza de otras formas de vivir, con la presencia de otras sensualidades, con la acogida de los otros. Los otros, que también somos nosotros...

Hay en esta convivencia diaria todo un desafío a la uniformidad de lo inmóvil, a las puertas cerradas, a los muros elevados, a los lugares exclusivos, a la infranqueable Europa de alambradas de espino y fortalezas de cemento que expulsa o acepta a personas en función de las necesidades de mano de obra semiesclava y precaria.

En el idioma wólof, que se usa en Senegal, Gambia o Mauritania, solidaridad se dice ‘yapalante’. Toda una hermosa casualidad. Pero hay una Europa gris y vieja que prefiere dar la espalda a la solidaridad, condenando a los otros a la muerte o a la clandestinidad. Y con ello, condenándose a sí misma.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Deportaciones al ir a arreglar los papeles

En los dos últimos meses, al menos cinco personas inmigrantes han sido detenidas en las propias oficinas de Extranjería en el momento en el que acudían a regularizar su situación. Los colectivos y personas que formamos parte de la Ruta contra’l racismu y la represión denunciamos estas detenciones, el pasado 6 de septiembre, mediante una concentración en los juzgados y en las dependencias de Extranjería en Oviedo.

Esta “práctica” policial de detener a personas en el momento en que van a hacer los trámites para su regularización es exclusiva de Asturies. No sabemos de ningún otro lugar del Estado español en el que se estén produciendo estas detenciones ilegales. Por tanto, su responsable principal es Gabino de Lorenzo, Delegado de Gobierno en Asturies, que es quien marca las directrices de la Brigada policial de Extranjería. Nos consta que sus órdenes escandalizan incluso al cuerpo funcionarial que se encarga de la cotidiana y muchas veces implacable tramitación de los expedientes de extranjería.

Hasta ahora, de las cinco personas que sabemos han sido detenidas por este método -aunque podrían ser muchas más-, tres ya han sido deportadas a Senegal;un cuarto inmigrante senegalés se resistió a ser expulsado en un vuelo comercial, por lo que la policía se ha visto obligada a dejarle en libertad; por último, un inmigrante pakistaní permanece aún detenido en el CIE de Aluche en Madrid, una cloaca del Estado peor que cualquier cárcel. La Ruta contra’l racismu quiere también denunciar que, sin la complicidad de jueces y juezas, el internamiento y deportación de estas personas no hubiera sido posible. Concretamente, el juez Francisco Javier Rodríguez Luengos es el responsable de los internamientos y deportaciones en al menos cuatro de los cinco casos documentados.

El juez Luengos y la jueza Begoña Fernández, titulares del juzgado de Instrucción nº 1 y nº 3 respectivamente, son quienes, en un alto porcentaje de los casos, optan por el internamiento y/o la expulsión de las personas inmigrantes que caen en sus manos. Para ello suscriben los criterios de los fiscales, que informan favorablemente de la medida de internamiento y no velan por los derechos de estas personas.

Seguiremos denunciando a los cómplices de una política de extranjería que es, en sí misma, obscena y despiadada. Debemos acabar con el hostigamiento policial y judicial a la población inmigrante en Asturies. Los asturianos y asturianas, obligadas en estos tiempos -una vez más en nuestra historia- a emigrar a otras tierras, no permitiremos que ninguna persona sea perseguida aquí por ser de otro lugar.

viernes, 6 de septiembre de 2013

“Los detienen dentro de las oficinas de Extranjería al ir a regularizarse y después los deportan”

Hace ya varios años que diversos colectivos sociales fundamos la Ruta contra el racismo y la represión para denunciar el hostigamiento policial y judicial sufrido por la población inmigrante. El escaso número de inmigrantes que ha recibido Asturies en estos inicios del siglo XXI –nunca más de 50.000 personas, menos del 5% de la población-, contrasta con las reiteradas redadas racistas de la policía, con las numerosas detenciones y confinamientos en los calabozos, y con las decisiones judiciales que decretan el encierro de inmigrantes residentes en Asturies en Centros de Internamiento para Extranjeros y aprueban su expulsión del país en macabros vuelos de deportación.



A lo largo de este verano, la Brigada de Extranjería, siguiendo las órdenes de la Delegación de Gobierno, dirigida por Gabino de Lorenzo, ex-alcalde de Oviedo por el PP, ha elevado aún más su persecución a la población inmigrante en Asturies. Su nuevo “método” es la detención de inmigrantes en el momento en que acuden a regularizar su situación a las oficinas de Extranjería. Así han sido detenidas, por no tener “papeles”, al menos cinco personas en las últimas semanas, y deportadas o confinadas -con la complicidad necesaria de los jueces- en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche en Madrid, una cloaca del Estado peor que cualquier cárcel. El pasado sábado 24 de agosto, por ejemplo, el juez Luengos decidió el internamiento de un chico senegalés y de otro pakistaní. Este mismo juez ya había decretado en el mes de julio la deportación de otros dos inmigrantes detenidos también al ir a regularizar su situación. Ambos fueron expulsados pocos días después de una decisión judicial que les sitúa en un absoluto desamparo, pues es posible que su permiso de residencia sea aprobado mientras ellos se encuentran ya fuera del territorio del Estado al haber sido expulsados.

Es urgente responder a esta intensificación de la represión, que incluso pasa por encima de las propias leyes avaladas por este supuesto estado de derecho. No podemos quedarnos en silencio mientras la Delegación de Gobierno, la policía y los jueces cometen estos actos. Menos aún ahora que vemos que la frontera también se puede ver desde el otro lado, con tanta gente que tiene que emigrar de Asturies y del Estado español para buscarse la vida.

Por todo ello convocamos una concentración el viernes 6 Septiembre, 11h, frente al Juzgado de Guardia en Llamaquique, Oviedo donde se están decretando los internamientos y las expulsiones.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Lluvia de críticas al nuevo Reglamento de los CIE

Los CIE, Centros de Internamiento de Extranjeros, son definidos por el Defensor del Pueblo como “establecimientos públicos de carácter no penitenciario donde se ingresa a ciudadanos extranjeros pendientes de que se ejecute su expulsión o devolución, estando sometidos a control judicial tanto la autorización del ingreso como el control del internamiento que tendrá una duración máxima de 60 días”.
En ellos se interna a personas extranjeras por el simple hecho de la falta administrativa de no tener los papeles en regla y a los condenados por algún delito cuya pena es conmutada por la expulsión. Todos comparten las mismas instalaciones, independientemente de cuál sea el motivo por el que fueron internados.
Los CIE nacen en el Estado español en 1985 y actualmente hay 8 en todo el país después de que el pasado junio cerraran el de Málaga por el mal estado en el que se encontraban las instalaciones. Desde 1999 la reglamentación que rige los CIE es una Orden Ministerial que no tiene rango de Ley, por lo que ni está publicada en el BOE, ni ha pasado por la votación de ningún Consejo de Ministros. “Una Orden Ministerial es el rango más ínfimo legislativo. Es indispensable una reglamentación mucho más completa al respecto porque estamos hablando de la privación de un derecho fundamental como es la libertad“, comenta Cristina Manzanedo, abogada de Pueblos Unidos, en declaraciones a Periodismo Humano.
A raíz de la muerte, entre diciembre y enero pasado, de dos personas inmigrantes, Idrissa Diallo y Samba Martine, en los CIE de Barcelona y Madrid respectivamente, las críticas sobre el funcionamiento interno de estos centros llegó a su punto álgido en la opinión pública española. Fue el anterior gobierno socialista, desde su Ministerio del Interior, quien comenzó a dar forma a la nueva reglamentación. El gobierno del Partido Popular recogió el testigo y hace unos días presentaba el Anteproyecto del Real Decreto que podría ser el definitivo, a falta de ser sometido a votación en el Consejo de Ministros. Según Cristina Manzanedo, “esta es una de las antiguas reivindicaciones de las organizaciones sociales, la reglamentación del funcionamiento interno de los CIE. Actualmente funcionan con normas internas privadas y la línea de actuación depende de sus directivas. Por eso hay tantas diferencias en el funcionamiento entre unos CIE y otros. La falta de regulación genera una situación de vulnerabilidad extrema, pues las personas internas no conocen sus derechos en los centros. Tampoco existe una norma que establezca los estándares mínimos que deben tener los centros en lo relativo a las instalaciones, alimentación, servicios sanitarios… esto incide sobre los derechos de las personas internas y provoca diferencias entre los distintos CIE, lo que genera situaciones de absoluta desigualdad dependiendo del centro en el que se interne a la persona”.

Por eso las organizaciones sociales y el Defensor del Pueblo vienen denunciando la violación sistemática de derechos fundamentales dentro de los CIE en referencia a malos tratos, la incomunicación de los internos, la falta de vulnerabilidad a la hora de conocer sus derechos, el hacinamiento…

“La posición de Andalucía Acoge ha sido siempre acabar con los CIE, porque entendemos que ningún ser humano debe estar encerrado por una falta administrativa, pero puesto que el Tribunal Constitucional se pronunció en 1987 y dijo que los CIE eran constitucionales, desde nuestra asociación se trabaja para que mejoren las condiciones legales de las personas encerradas en ellos”. “Nuestra primera máxima es que los CIE cierren y la segunda, que nunca un CIE puede ser peor que un centro penitenciario. Por lo tanto, el mejor centro penitenciario debe ser el peor de los CIE”, comenta a Periodismo Humano, José Luis Rodríguez Candela, asesor jurídico de Andalucía Acoge.

¿Es el nuevo Reglamento suficiente?

La plataforma ‘Que el derecho no se detenga a las puertas de los CIE’, de la que forman parte la ONG Pueblos Unidos y una veintena más de organizaciones sociales, presentó un informe el pasado abril, cuyas reivindicaciones ante el actual Anteproyecto siguen considerando vigentes, en el que valoraban muy negativamente el documento de trabajo presentado por el Ministerio del Interior, “en la medida en que no revisa -como resulta imprescindible y perentorio- el modelo existente, que tantas lesiones de derechos ha propiciado. Por el contrario, consolida el modelo policial de gestión de los CIE y desarrolla muy insuficientemente las garantías de derechos de las personas internadas”.

En este informe se denuncia además, que la nueva reglamentación no recoge las recomendaciones sobre los CIE emitidas en los últimos años por la Defensora del Pueblo. Incluso, señala que en algunos aspectos claves la nueva reglamentación supone un retroceso en relación con la situación actual, “como ocurre por ejemplo con las comunicaciones de las personas internadas con el exterior, las visitas, el acceso de organizaciones sociales o la posibilidad de presentar quejas al Juzgado de control de internamiento”.

En este mismo informe se muestra disconformidad con el cambio de nombre: de Centros de Internamiento de Extranjeros, pasarían a llamarse Centros de Estancia Controlada de Extranjeros, algo que según el propio informe, no sería correcto por tratarse de un eufemismo. Lo justifican del siguiente modo: “El término Centros de Internamiento para Extranjeros es el utilizado por la propia Ley de Extranjería, y se trata de una denominación correcta, en cuanto en estos lugares se ejecuta una medida cautelar legalmente llamada de internamiento. Dicha medida consiste en una privación de libertad que nada tiene que ver con el eufemismo estancia controlada. Un cambio de denominación sólo estaría justificado si el nuevo Reglamento reflejara un cambio de modelo, que desde luego el texto analizado ni siquiera emprende”.

Para José Luis Rodríguez, abogado de Andalucía Acoge, el Anteproyecto introduce datos interesantes como que se comunique al abogado que quedó sin libertad la persona a la que representa, para que pueda actuar en consecuencia. Regula la participación de las organizaciones sociales en los centros, que los policías vayan identificados, que si el interno necesita cuidados médicos no tenga que pasar por juzgado de guardia… Sin embargo, Rodríguez cree que hay otros asuntos de igual importancia que no quedan regulados, como por ejemplo, si al interno le ponen una sanción qué tipo de sanción es en función de qué tipo de actuación. Ni eso, ni qué consecuencia le corresponde. O que un interno tenga dos horas de patio, “si los presos tienen más”. “Vacíos que no están regulados y que a nuestro parecer son necesarios”.

Por su parte la ONG Pueblos Unidos considera que es injustificable el retroceso sobre la situación actual en lo referente a la restricción de visitas a dos días por semana a los internos, salvo cónyuges e hijos. En el de Madrid hay horario diario de visitas que funciona con toda normalidad -aunque sí se limita una visita al día por interno-. “Las personas internas no tienen nada que hacer en todo el día y se deterioran enormemente psicológicamente según pasan las semanas de internamiento. Que por lo menos puedan recibir visitas de sus seres queridos”, argumentan.

Sobre las visitas por parte de las organizaciones sociales a los internos, la abogada de la ONG Internacional Women’s Link Worldwide, Paloma Soria, considera que es un punto destacable del nuevo Reglamento, tal y como ya se hacía en el CIE de Madrid a petición del juez de control. “Está bien que está fórmula se haga genérica para los demás centros del Estado español, ya que en el de Murcia, por ejemplo, no dejaban entrar a ninguna organización. Pero si el director del centro se negara a dejar entrar a alguna organización en concreto, el Reglamento no especifica qué pasaría”.

En referencia a este asunto la plataforma ‘Que el derecho no se detenga a las puertas de los CIE’, en el informe emitido el pasado abril, señala no entender la desconfianza, a su parecer, con que el nuevo Reglamento aborda la participación de las organizaciones sociales, ni las restricciones que se pretenden poner al respecto. Considera que en algunos CIE la participación de las asociaciones está siendo mucho más flexible y normalizada de lo que se propone en la nueva regulación, de tal modo que piden que la duración de las visitas de los miembros de las organizaciones sociales no esté sometida a limitación temporal alguna; la ausencia de sistema de citas previas, para no dañar los derechos e intereses de las personas internadas, que en cualquier momento pueden ser expulsados; no limitar el número de personas internas a las que se puede visitar al mismo tiempo, al igual que el número de integrantes de las ONG que pueden estar presentes al mismo tiempo; el derecho a la entrega/recepción de todo tipo de documentación, siendo el único control posible el no tratarse de objetos peligrosos o dañinos.

En cuanto a la autorización para la realización de estas visitas, solicitan que el procedimiento sea lo más sencillo posible y sugieren no emitir acreditaciones individuales que puedan complicar la gestión. Esgrimen como argumentación el hecho de que las organizaciones sociales que trabajaban con las personas internadas en los CIE y sus familias, “no sólo desarrollan una labor de acompañamiento personal, sino que llevan a cabo la atención jurídica, social y psicológica, tratando de paliar mínimamente unas necesidades cuya atención corresponde a la Administración, máxime cuando se trata de personas privadas de libertad”.

Mujeres en los CIE: mayor vulnerabilidad de sus derechos
Con respecto a la situación de las mujeres encerradas en los CIE la ONG internacional Women’s Link Worldwide, presentó el pasado mayo un informe elaborado  tras dos años de visitas y entrevistas con 45 mujeres -7 de ellas embarazadas, 21 presuntas víctimas de trata-, en 6 de los CIE del estado español, en el que se revelaba las denuncias de las internas y el precario estado de la mayoría de las instalaciones, tal y como publicamos en Periodismo Humano. “Una de nuestras demandas tras el estudio presentado en mayo era la atención sanitaria a mujeres embarazadas.

El nuevo Reglamento lo menciona pero no especifica qué tipo de atención sanitaria se ofrecerá. Otra vez se deja en manos de la dirección del centro este asunto. No debe ser el director del centro [los directores de los CIE pertenecen a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado] quien determine esto, hay unos mínimos garantizados por la Organización Mundial de la Salud, que no se establecen en el nuevo Reglamento”, señala Paloma Soria, abogada de Women’s Link Worldwide, que ve con buenos ojos que la nueva reglamentación obligue a que los miembros de los servicios sociales tengan formación en Derechos Humanos, “a pesar de que no se especifica qué tipo de formación”. Para Soria, sería necesario además, que esa misma formación fuera extensiva a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que trabajan dentro de los centros.

Con respecto al derecho a la salud, desde Women’s Link Worldwide de lo poco que ven como positivo que se menciona en el Reglamento es que se especifica que se tendrá que ofrecer el tratamiento sanitario necesario a las personas toxicómanas que estén dentro de los CIE -esta organización corroboró que había varias mujeres que padecían toxicomanías sin tratamiento-.

Sin embargo, creen que no tienen motivos para ser nada optimistas en lo referente al asilo de víctimas de trata y violencia sexual. “Como mínimo se debería haber hecho referencia a la reglamentación de extranjería de víctimas de trata, y no es así”, señala Soria. “Nos parece flagrante que algunas de las mujeres entrevistadas nos contaran que cuando pedían el asilo político desde las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado se les denegara o se les dijera que no sabían qué era eso. En estos centros se están violando de manera sistemática los Derechos Humanos más fundamentales”, argumenta la letrada de Women’s Link Worldwide.

Con respecto a la reagrupación familiar, en el nuevo Reglamento se deja entrever que los menores podrán estar en los centros. “A mí que un menor, en muchos casos lactante, pueda estar en un centro cerrado me parece terrible”.

Y con respecto a otro tipo situaciones cotidianas que padecen las mujeres encerradas en los centros, como las horas al aire libre y las estancias en las que habitan, Paloma Soria denuncia que en el nuevo Reglamento ni tan siquiera haya constancia de ello. “Nuestra investigación determinó que las mujeres tenían menos horas al aire libre y las peores del día, a pleno sol en verano y las horas de menos sol en invierno. Lo mismo ocurre respecto a los espacios reservados a las mujeres en los centros, que son los más pequeños, esto tampoco queda especificado en el nuevo Reglamento. Como tampoco contempla que sean las mujeres quienes se encarguen de limpiar sus propias instalaciones, cosa que no ocurre con los hombres”.
“Es un reglamento que no cambia lo que tenemos en la actualidad. A pesar de que introduce cláusulas nuevas, están vacías de contenido”, concluye Soria.
  • Texto completo del Anteproyecto de Real Decreto por el que se aprueba el reglamento de funcionamiento y régimen interior de los Centros de Estancia Controlada de Extranjeros [pdf]


 (Visto en Periodismo Humano)

martes, 7 de agosto de 2012

Sanidad exige 710 euros al año a los sin papeles por ser atendidos

Alucinando todavía con la noticia...

Sanidad exige 710 euros al año a los sin papeles por ser atendidos


Después de sacar a colectivos como los inmigrantes sin permiso de residencia de la asistencia sanitaria pública —excepto la urgente—, el Ministerio de Sanidad planea crear, bajo el nombre de convenios especiales, una vía para que estas personas puedan volver a ser atendidas en el sistema público. El método elegido es que puedan suscribir algo parecido a pólizas (convenios los llaman) con pagos que se asemejan a los de los seguros sanitarios privados.

La orden que prepara el Gobierno de Mariano Rajoy, a la que ha tenido acceso EL PAÍS, establece que las personas menores de 65 años que quieran ser atendidas en hospitales y centros de salud públicos deberán pagar 710,40 euros al año —59,20 mensuales—. Desde los 65 años en adelante, el coste ascendería a 1.864,80 euros anuales (155,40 al mes).

Según los cálculos realizados para esta propuesta por el Ministerio de Sanidad, los menores de 65 años pagarían 177,5 euros menos de lo que se estima, por término medio, que gastará cada persona en esa franja de edad, y los mayores de 65, 466,3 euros menos, que serían asumidos por las Administraciones. La memoria económica que acompaña al borrador concluye que “este nuevo convenio no tendría impacto económico significativo”.

La medida afectará a quienes no estén asegurados ni sean beneficiarios del Sistema Nacional de Salud, como es el caso de los inmigrantes sin permiso de residencia, a partir de septiembre. Pero ni siquiera todos ellos podrán acceder a un convenio de este tipo, ya que tendrán que cumplir dos requisitos: llevar al menos un año empadronados en España y no ser beneficiarios un sistema de sanidad pública. No hay una cifra de posibles afectados. Al comparar los datos del padrón y las altas en la Seguridad Social, salen unos 150.000 extranjeros en situación irregular, pero parte de ellos (alrededor del 15%) son menores, y para ellos sí va a haber atención sanitaria pública.

Firmar estos convenios será voluntario, y estos no cubrirán el pago de las medicinas o el transporte sanitario, que correrían a cargo, por completo, de las personas que los suscriban.
No pagar una de las cuotas tendrá como castigo tres meses de suspensión del convenio —es decir, que durante ese tiempo se les negarán los servicios sanitarios no urgentes—. Si en ese tiempo se corrige el impago, el convenio seguirá en vigor pero, si no se salda la deuda, se extinguirá el derecho a la asistencia sanitaria.

A colectivos especiales, como las inmigrantes embarazadas —a las que la sanidad pública tiene que atender obligatoriamente durante su embarazo, parto y posparto— y los menores extranjeros, se les mantendrá el acceso en iguales condiciones que a los españoles (gratis), pero se les aplicará un copago farmacéutico del 40%. Las víctimas de trata que se encuentren en el proceso de reflexión establecido por ley y quienes hayan pedido asilo en España también podrán acceder a la sanidad pública.

Con este cambio, el Ministerio de Sanidad establece una doble vía entre quienes sean atendidos por la sanidad pública: quienes estén asegurados, que ya de por sí pagan más que antes por medidas como el copago farmacéutico y el futuro medicamentazo, y quienes no lo están, que podrán acceder a lo público pagando como se hace en el ámbito de la sanidad privada —aunque sin las oscilaciones de precio en función del sexo—. De hecho, el precio de los convenios se asemeja a las cuotas mensuales de aseguradoras como IMQ, que cobra por un paquete sanitario básico de 56,77 euros mensuales en adelante —119.09 euros al mes en el caso de, por ejemplo, una persona de 66 años—. Sanitas cobra cada mes a un hombre de 45 años 40 euros en el seguro más barato.

Los convenios especiales contarán con descuentos para aquellas personas que tengan familiares a su cargo —personas mayores y discapacitados—. A partir de la segunda persona que dependa de ellos, se descontará el 15% —cuando ya sean tres o cuatro suscriptores en la misma familia—. A partir de ahí, la rebaja será del 25%.

La orden, que está en el proceso de consulta previa entre los organismos afectados, es el paso siguiente a la delimitación del aseguramiento sanitario que impuso el Gobierno de Mariano Rajoy a través del real decreto de abril. Este impulsó grandes críticas de algunas comunidades, como Andalucía, País Vasco y Asturias, que ya se han opuesto a cerrar las puertas de sus centros de salud a los inmigrantes, pese a la orden del Ministerio de Sanidad de dejar de hacerlo a partir de septiembre.

Serán las comunidades las competentes para implantar el sistema de convenios, de comprobar la documentación y de expedirlos, pero el Gobierno limita sustancialmente su margen de maniobra, estableciendo que será el Ministerio de Sanidad el competente de actualizar cada año la cuantía de las cuotas y acotando a la cartera básica las prestaciones a las que podrán acceder quienes firmen los convenios. En manos de las autonomías solo está la manera de cobrar las cuotas.

Esta sorprendente orden llega justo cuando los extranjeros en situación irregular están a punto de perder la tarjeta sanitaria, que les será retirada a todos el 31 de este mes. Es una especie de concesión del ministerio, después de que todos los colectivos profesionales, médicos, enfermeros y farmacéuticos criticaran la decisión de dejarles sin atención. Sanidad insiste en que restringir el acceso ahorrará hasta 1.500 millones, pero profesionales como los especialistas en infecciosas afirman que, a medio plazo, los que queden fuera del sistema supondrán un gasto mayor.

(Visto en El País)

jueves, 14 de junio de 2012

Asturias atenderá a los inmigrantes irregulares aunque no tengan tarjeta

Asturias atenderá a los inmigrantes irregulares a través del servicio público de salud aunque carezcan de tarjeta, incluidas consultas con especialistas, y les recetará medicamentos a través de ONG mientras no lo impida una normativa que desarrolle el decreto ley estatal que les excluye del sistema.

La Consejería de Sanidad asturiana publicará una resolución este jueves, que entrará en vigor el viernes, en la que da instrucciones para que todos los inmigrantes irregulares sean atendidos, según ha anunciado en rueda de prensa el consejero, Faustino Blanco, tras una reunión con varias ONG y asociaciones científico-sanitarias.

Esta medida, una de las primeras en el ámbito sanitario del nuevo Gobierno del PSOE, se realiza con la base jurídica de la Constitución y de la Ley de Salud Pública para la interpretación del decreto ley de recortes en sanidad, ha explicado Blanco, quien cree que los inmigrantes irregulares quedaban "en una situación de vulnerabilidad inaceptable".

Blanco ha señalado que Asturias no instaura un nuevo derecho, pero que existía una necesidad de normalizar la situación entre los profesionales sanitarios.
Los inmigrantes 'sin papeles' que acudan a los centros sanitarios (unos 4.000 residen en Asturias según cálculos de las ONG) carecerán de identificación, tarjeta sanitaria y prescripción farmacéutica oficial, pero "el sistema les dará siempre una respuesta" y podrán ser citados y atendidos en urgencias, Primaria y especialidades.

Modelo de receta no oficial

Para la prescripción de medicamentos, las ONG prepararán un modelo de receta no oficial que pueda ser expedida por los médicos y dispensada luego a través de estas organizaciones, ha explicado Amelia González, representante de SOS Racismo.

José Fernández, de Médicos del Mundo, ha mostrado la satisfacción por la medida adoptada por el Gobierno de Asturias, que "resuelve de forma precaria y parcial, pero resuelve la mayor", ya que garantiza la atención sanitaria a los inmigrantes irregulares, aunque no puedan contar con la documentación sanitaria que depende del Estado.

Blanco ha señalado que la resolución es "un documento muy útil aunque no resuelve del todo el asunto" y ha explicado que la intención ha sido buscar en base a la legalidad "qué espacio" les dejaba el decreto ley.

Además, ha resaltado que un decreto no debería ser la forma para cambiar de un modelo asistencial a uno bismarckiano (contributivo). El consejero ha puesto énfasis en la voluntad decidida del Gobierno asturiano de dar atención médica a todos los inmigrantes.

Un registro específico

Respecto a cuestiones prácticas sobre cómo se les podrá conceder citas, pasarles consulta o llevarles los historiales clínicos sin estar en el sistema, fuentes de la Consejería han explicado a Efe que se creará algún tipo de registro específico para quienes carezcan de tarjeta sanitaria.

Asturias se une así a otras comunidades autónomas como País Vasco, Cataluña y Andalucía, que ya han anunciado que seguirán dando asistencia sanitaria a los inmigrantes irregulares, a pesar del decreto ley aprobado por el Gobierno que prevé que no tengan acceso a la tarjeta sanitaria.

(visto en El Inmundo)

viernes, 8 de junio de 2012

Palabras de los senegaleses (comunicado tras los disparos en Lavapiés)

TENEMOS LA MUERTE CERCA.
Ayer, antes de ayer, de día, de tarde… están ahí, nos están esperando.
Y hoy también va a ser lo mismo. Nos quitan las mantas, se quedan con nuestras cosas. Cuando volvemos de vender de Sol están ahí, nos han perseguido a nuestras casas. Se meten y pegan a tu mujer e hijos. Aquí son muy racistas, en otras ciudades esto no pasa tanto.
Sabemos que ser mantero es ilegal, pero esa ilegalidad no hace daño a nadie. Nos tenemos que buscar la vida. Nosotros no queremos robar ni vender droga: ¿qué quieren que hagamos?, ¿quieren que no comamos?, ¿quieren que robemos?

Un acoso policial que no se puede explicar.
Nos paran cuando estamos sentados en las plazas del barrio, cuando paseamos. Y te pegan y empujan, tengas papeles o no. Te quitan el dinero, el móvil… te quitan lo que tengas. Si podemos, echamos a correr. Aunque no tengamos papeles, tenemos que sobrevivir. Si te expulsan 6 años, ¿cómo vamos a conseguir papeles?

Tenemos que cerrar la puerta de casa. Nos da miedo que entren y también nos da miedo salir. Aquí estamos más cerca de la cárcel o ya en la cárcel. Estamos peor que en Senegal. Allí estábamos con nuestras familias y amigos, aquí nunca hemos salido juntos de fiesta. A las 22 h en casa, si vas solo, te cogen.

Viendo como estamos aquí, ahora es mejor volver atrás y estar allí. Todos los que llegamos queremos volver, pensábamos que tendríamos algo mejor. Si hubiéramos sabido lo que nos esperaba aquí, no hubiéramos venido.
Tenemos que estar en el camino, tenemos que luchar.

A veces te dicen “negro de mierda” o “vete a tu país” para que te pegues con ellos y te detengan. Los secretas te dicen “que no quieren ver más negros”. Hay algunos policías que conocemos y nos quitan las cosas sin más, no son tan malos. Pero ahora con la crisis la gente no tiene trabajo y muchos chavales nuevos se meten a policía, no tienen ni idea y son muy fascistas.
En comisaría te dicen “pon que este estaba vendiendo droga”, ¿qué podemos hacer frente a eso? Allí hay palizas siempre, te pegan y dicen que les has pegado. Nunca nos llevan al médico. No podemos denunciar a los policías, nos dicen “no puedes denunciar porque eres un sin papeles”.
¿Qué podemos hacer? Seas negro, ecuador o español, nos tenemos que juntar.

Tenemos que luchar, no podemos quedarnos en casa. No puede ser que cuando se hace una manifestación sobre nuestra situación en la calle aparezcan 100 blancos y 4 negros. Eso es tutelaje.

Tampoco queremos mirar solo por lo nuestro, tenemos que estar en el camino junto a todo el mundo. No podemos venir a pedir ayuda y luego nosotros no ayudar a nadie. Hay que salir a la calle, los sin papeles tienen que ayudar también a los “ciudadanos”.

Nosotros solo teníamos una zapatilla para defendernos.
La policía había generado el problema. Le detuvieron, para ello le tiraron al suelo y le pusieron la pierna encima, le hacían daño, gritaba. Es siempre así. No hay ladrón, no hay nada, solo un vendedor. Una persona como tú. Cuando pase esto otra vez, no sé qué pasará, no podemos ver a un paisano, a un amigo, siendo tratado así.

Dijeron que habíamos tirado piedras, nosotros solo teníamos zapatillas. Cuando salió el vídeo se vieron sus mentiras. Lo del disparo es un problema muy grave, no solo para nosotros, sino para nuestros vecinos. Nos ha dolido mucho esto. Con el disparo sentimos todo, sentimos casi la muerte. Los hijos del dueño de un bar de por aquí estaban enfrente, a 10 metros del disparo.

Desde ese día no podemos ir a vender, tenemos miedo. Estamos jodidos, nosotros y vosotros, todos. Pero nosotros más, siempre nosotros estaremos más jodidos.

 La próxima vez que nos juntemos moros, negros, latinos y españoles se van a pensar mejor si disparar o no.
Aquí nada de paz ni amor, solo muerte, tenemos la muerte cerca.

Palabras de algunos senegaleses del barrio Lavapiés de Madrid.
(5 coches de policía estuvieron mirando nuestra asamblea y dando vueltas a nuestro alrededor)
Viernes 1 de junio del 2012 en plaza Cavestreros.
Enlaces relacionados / Fuente: 
http://www.youtube.com/watch?v=O463LIdpJlw